Nada justifica el quitarle la vida a su hija de cuatro años

lunes, 11 de julio de 2011


No hay nada, absolutamente nada, que justifique el hecho de que un padre le arrebate la vida a su hija.






Dramático resulta, además, la alta probabilidad de que Pedro Montañez haya planificado cuándo y cómo le quitaría la vida a su pequeña Irianis, de cuatro años, lo que evidencia el desequilibrio mental por el que probablemente estaba atravesando el hombre.

“Esa mezcla letal de coraje y depresión simplemente ciega a la persona y su condición de papá se anuló y se convirtió en una máquina destructiva”, detalló el psicólogo Alfonso Martínez Taboas.


“Usualmente, los hombres protegen a sus hijos. Tiene que haber estado pasando por algo bien terrible que lo tuviera atormentado o dolido para cometer un acto así”, añadió.

El coraje, según la investigación preliminar de las autoridades, la pudo generar el rechazo de la madre de su hija a retomar la relación sentimental con él. “Posiblemente, pensó: 'como no me quiere o me está rechazando, te voy a castigar con lo que más quieres'”, argumentó el profesional de la conducta humana.

“Hay muchos hombres que no aceptan cuando una pareja decide tomar otro rumbo”, señaló Martínez Taboas.

De acuerdo a estudios preliminares se ha llegado a la conclusión, aunque no absoluta, de que las personas que cometen un crimen contra un familiar, “no lo piensan cinco minutos antes” sino que actúan bajo premeditación.


Esa conclusión tiene como base las notas de despedida que dejan el 25% de los suicidas y el testimonio de quienes sobreviven estos ataques, explicó Martínez Taboas. “Es probable que esta reacción la tenía en la mente y quizás al sentirse rechazado, lo hizo”, expresó.

Sobre posibles signos que pudieran haber alertado a familiares o amigos de que Montañez sufría de algún trastorno mental o de que sería capaz de suicidarse o cometer algún acto violento contra su hija, Martínez Taboas indicó que éstos debieron estar presentes.

Ya de por sí las acusaciones previas de violencia doméstica denunciadas por su pareja eran una señal de que algo no andaba bien. “Ya eso era una alerta de que su salud mental no estaba balanceada. Esta reacción pudo deberse a una mezcla de depresión y coraje que se tenía que notar. Es muy difícil que una persona deprimida o que se sienta rechazada, esté funcionando a nivel óptimo”, dijo.

Personas con conductas depresivas se encierran en sí mismas, están irritadas, explosivas y podrían llegar a verbalizar amenazas.

Está también el “homicidio por compasión” que típicamente se da en una mamá deprimida que tiene un niño pequeño y toma la decisión de llevárselo consigo bajo la premisa de que así evitará un sufrimiento futuro a su hijo.

“La persona se convence de que está haciendo algo relativamente bueno para sus hijos”, explicó.

por qué suicidarse
No es lo mismo arrebatarle la vida a un desconocido que a una persona que lleva tu misma sangre.

Tomar la determinación de quitarle la vida a un hijo, padre u hermano conlleva la condena de la familia. Así que para evitar el rechazo de los suyos o una condena carcelaria, prefieren matarse.

“Como lo ha estado planeando y sabe que es algo aberrante, que todo el mundo lo va a condenar... Sabe que lo que viene es tan terrible y que lo que está haciendo es tan malo que cree que no debe vivir”, comentó Martínez Taboas.

Por su parte, el también psicólogo Carlos Sosa coincidió con su homólogo en que es la forma adecuada para evitar las fatales consecuencias. “Al ver lo que ha hecho, la única forma adecuada de salirse de la situación es ahorcándose también... entiende que no hay nada que esperar de la vida, que todo está perdido y optan por la fatal decisión”, dijo Sosa.

Una persona capaz de tomar esta decisión podría ser inmadura, egocéntrica y agresora, argumentó Sosa. “Como resultado de esta fórmula, terminan pagando personas inocentes”, lamentó el experto.

Sobre las posibles señales indicativas de un trastorno mental, está una actitud de acecho hacia su pareja o comentarios amenazantes.